Cuando creí haber salido de la tristeza, ahí estabas, y te miré,
quedé mudo, te escuchaba, me deleitaba con tu poesía,
con la magia que vibraba en tu cuerpo, con el fuego mismo,
con todo aquel cielo que prometías,
y no advertía que tras un espejo estabas.
Que todo es un concepto hueco,
que siempre tuve frio,
que no ardes más que un sueño.
Afuera llueve,
no vendrás,
me entretengo mirando revistas,
letras viejas,
llorando,
explicándole al corazón que no hay que confiar siempre en la belleza.
*La foto ha sido tomada de internet.
4 comentarios:
Muy, pero muy bello... La tristeza no tiene dimensión y es universal. E inseparable del amor.
¡Gracias Silvia por tu lectura y comentario!
Amor y tristeza caras de la misma moneda.
Saludos.
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