Sentado en la terraza,
veo el edificio sin terminar,
y creo que ella está por ahí:
dando vueltas,
jugando conmigo,
inquieto persigo,
una sombra con la mirada,
no hay nada ni nadie,
sólo las luces y el ruido.
Sensaciones,
y espero que se asome,
la razón del poema,
la musa fría cuando quema.
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