domingo, 17 de febrero de 2013

Empleo del tiempo

Cuántas horas más,
cuántas palabras para éste discurso,
cuánta melancolía,
cuánta poesía,
cuántas lágrimas calmarán mi ser,
cuántos corazones pintaré en tu muro...


...Qué otra diré,
que no salga del corazón,
una mezcla de alegría y pasión,
un dolor azucarado con sal,
un mar de arena,
los relojes en mis manos,
vana ilusión de controlar el tiempo,
cuando el sentimiento marcha velozmente,
y vuelve donde empezó,
desde donde creyó salir,
debo convencerme de seguir viviendo,
de estar aquí,
de caminar dentro de mí.

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